martes, 9 de diciembre de 2014

Érase una vez... cómo evaluar.

¡Buenas tardes!

En esta entrada intentaré hacer un resumen de los contenidos vistos en la última sesión con Carlos. El tema principal fue la evaluación.
Primero, adjunto un mapa conceptual "made in feito na casa", como podréis observar, pero que creo que resume los puntos principales vistos en clase.


Como podéis ver en el mapa, hay tres pilares básicos cuando hablamos de evaluación, y ninguno de ellos puede fallar: instrumentos de evaluación, criterios de evaluación y tipos de evaluación. En la sesión nos centramos más en los tipos, que dividiremos en dos:

  • Según quién evalúa
    • Auto-evaluación: es el alumnado quien se evalúa a sí mismo, pero hay que darle instrucciones claras y algún instrumento de evaluación.
    • Co-evaluación: lxs alumnxs se evalúan entre ellxs. Hay que especificar cuáles son los criterios, los instrumentos... Y, además, se deben hacer algunas pruebas antes.
    • Hetero-evaluación: es el docente quien evalúa al alumnado. Aunque también puede ser una persona externa.

  • Según cuándo se evalúa:
    • Inicial: para que el docente pueda tener una orientación de los conocimientos del alumnado.
    • Formativa: refleja diferentes momentos a lo largo del proceso de aprendizaje. 
    • Sumativa: se realiza después del proceso de aprendizaje. No tiene que ser un examen final, se pueden recoger muchas pruebas a lo largo del proceso de aprendizaje.
- Pero también hay otros tipos de evaluación:
  • Directa (observación de todo el proceso) o indirecta (no se evalúa cómo se está haciendo, sino lo que se hizo).
  • Subjetiva (basada en la impresión) o objetiva (más guiada, siguiendo unos criterios).
  • Holística o analítica.
  • No sólo se evalúan saberes, sino también competencias y capacidades.

Por último, estuvimos tratando el tema de cómo evaluar la recepción y la expresión oral.
  • Evaluación de la recepción (comprensión oral y escrita): los criterios están fijados por los objetivos y contenidos e da programación e inspirados en el Marco Común Europeo. Podemos evaluar la comprensión analítica, la comprensión global, lectura y escritura crítica, o una evaluación más centrada en el vocabulario, en la gramática... Los instrumentos de evaluación son más sencillos (Verdadero/Falso, filling gaps, cuestionarios de respuestas abiertas cortas - para niveles iniciales-, cuestionarios de respuestas abiertas largas - para niveles más avanzados)
  • Evaluación de la expresión oral: es difícil porque, por desgracia, se hace muy poca expresión oral en las aulas. No se puede pedir expresión oral sin tener antes algo de recepción (tienen que tener un modelo, como un listening). Los criterios pueden ser la corrección gramatical y de vocabulario (es lo que se suele hacer). Pero también hay más cosas que se pueden, y se deben, evaluar: coherencia, uso de conectores, que el discurso sea medianamente fluido. También hay que evaluar si se compensa con gestos o expresiones faciales a lo que no se llega con la gramática y el vocabulario. Los intrumentos de evaluación pueden ser: rúbrica (útil para cualquier actividad formativa), hoja de control (se usa para el directo, para el momento en el que se está desenvolviendo la actividad; aquí no se deben poner demasiados criterios), hoja de observación (no hay baremo, por lo que uno tiene que conocer bien los criterios y también la clase; ésta es una evaluación subjetiva y cualitativa)
Mi opinión personal es que cualquier tipo de evaluación es válido, pero dependiendo de lo que tenemos que evaluar. No soy partidaria de hacer un examen final en el que el alumnado se juegue todo "a una cara". Si que se podría hacer un examen final pero que no supusiera el mayor porcentaje de la nota. Considero que, aunque supongo mucho más trabajo para el profesorado, es más acertado realizar muchas actividades (trabajando todas las destrezas) a lo largo del proceso de aprendizaje, para así después tener muchas más pruebas o evidencias a la hora de evaluar. 
Estos meses que llevamos en el Máster nos han recalcado la importancia de cómo reaccionar ante los errores del alumnado. Si hacemos un examen final, no damos lugar a que ellos puedan aprender de sus propios errores. Lo han hecho mal y se les resta 0.25, por ejemplo. En cambio, si llevamos a cabo bastantes actividades a lo largo del curso, ellos tendrán la oportunidad de errar, de entender por qué han errado, y así poder remediarlo y no volver a cometer ese error. Ésa es una de nuestras labores como docentes, bajo mi punto de vista.


¿Qué opináis? ¿Vosotros tenéis alguna preferencia a la hora de evaluar?


¡Un saludo! ¡Nos vemos en unas horas!

1 comentario:

  1. Muchas gracias por esta recopilación de apuntes!!

    A mí también me ha gustado mucho esta última sesión y la he encontrado muy interesante.

    Opino como tú, no sirve de nada hacer un único examen en el que el alumno se lo juegue todo, ya que como personas que somos, no todos nuestros días son lúcidos y estupendos, podemos topar con un día malo y que en el examen no se refleje verdaderamente todo lo que hemos aprendido.
    Así que creo que se deberían hacer más cosas como conjunto de la nota final, trabajo individuales o en grupo, exposiciones, exámenes parciales....

    Un saludo

    ResponderEliminar