¡Buenas noches a todxs!
En la última sesión estuvimos hablando de diversos temas; el primero, la motivación. A lo largo de este Máster hablamos mucho sobre este tema, cosa lógica porque me parece de real importancia. Si nuestro alumnado no está motivado, no habrá proceso de enseñanza-aprendizaje. Y si lo hay, será de resultados desastrosos seguro.
Hay que tener claro que la motivación es una cuestión de calidad, no de cantidad. Por otro lado, el papel del profesorado es muy importante. Debemos, como docentes, realizar actividades que despierten la curiosidad de nuestrxs aprendices, fomentar el respeto intercultural... Pero debemos tener algo muy en cuenta: la motivación del profesor debe también ser alta. Si un/a profesor/a no está motivado/a, de nada sirve que hagamos actividades motivadoras. Debemos servir como ejemplo para nuestro alumnado. Es muy importante también conocerlo bien. ¿Cómo? Éstos son los mandamientos de Dörney sobre la motivación:
- Crear las condiciones básicas motivadoras.
- Animar a realizar autoevaluación.
- Generar motivación inicial.
- Mantener y proteger la motivación.
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El segundo tema que tratamos fue el de la aptitud. Hablamos sobre el mito de tener "don de lenguas". Es cierto que hay personas a las que se les da mejor aprender idiomas que a otras, pero no va en los genes. La aptitud de nuestro alumnado puede mejorar, pero debemos saber cómo actuar y cómo comportarnos para que eso suceda. Hay dos facetas muy importantes a tener en cuenta: la memoria y la capacidad analítica. Debemos saber en qué faceta nuestro alumnado flaquea más y en cuál es más fuerte, y así trabajar sobre ello. Tenemos que conocerlo muy bien para aplicar el mejor método.
Por último, tratamos el tema de la multicompetencia. Lo que destacaría sería el "conflicto" que hay entre: ¿Quién es mejor profesor: un nativo o un bilingüe? Estuvimos viendo que el hablante nativo, en el caso del profesorado, está en crisis ya que "los usuarios bilingües tienen un repertorio lingüístico total mayor que el de los monolingües" (De Houwer).

Mi opinión es que, a la hora de dar una clase de un idioma extranjero, siempre será mejor un docente bilingüe que un nativo. Para explicarme mejor, usaré una cita de Cook: "la multicompetencia es un estado compuesto de una mente con dos gramáticas". Un bilingüe conoce la L1 y la L2 que está enseñando, por lo que será mucho más fácil tratar con el alumnado. Aprovecho para comentar una experiencia que he tenido en las prácticas que está muy relacionado con esto. En el instituto hay una chica de Estados Unidos que trabaja como lectora. El otro día, asistiendo a una de sus clases, el alumnado le preguntaba cómo se decía X palabra en inglés. Ella, que tenía un conocimiento bajo del castellano, no podía responderle. Estoy de acuerdo con que debemos recurrir a la L1 lo menos posible, pero a veces puede sacarnos de un apuro, como en este caso, que el adolescente le intentaba explicar en inglés la palabra y ella no la conocía.
Sobre el tema de la multicompetencia nos habló Elisa en su exposición. Su artículo desmontaba por completo el papel del nativo como docente de lengua extranjera. Elisa comentaba que nunca llegaremos a ser nativos/as, pero que tenemos una serie de diferencias que son muy positivas, entre ellas el conocimiento de la L1. También destacaría de su exposición el tema de la introducción de la L1 en las clases de lengua extranjera. Yo, personalmente, opto por la inmersión lingüística. Pero como he dicho antes, un docente conocedor de la L1 puede sacar de dudas a los alumnos, aún manteniendo esta inmersión (por ejemplo, con ejemplos de cosas que estén pasando en la actualidad, en su ciudad, etc).
Las dos últimas exposiciones están muy relacionadas. Adriana nos habló de las pruebas de nivel (validez y fiabilidad). Violeta, de pruebas de certificación de nivel. Son pruebas que tienen muchas diferencias, ya que aunque superes una prueba de nivel, no significa que vayas a conseguir un certificado. En cambio, de las pruebas de certificación de las que nos habló Violeta, sí.
En cuanto a la exposición de Adriana, las pruebas de nivel se realizaban para comprobar las dificultades lingüísticas del alumnado extranjero. Lo que destacaría son las clases de refuerzo que se ofrecen a lxs que no pasaron la prueba. En lo que no estoy de acuerdo en cuanto a las pruebas de nivel que nos presentó Adriana fue que no se examinan todas las destrezas y los examinadores no estaban de acuerdo en los criterios de evaluación.
Por el contrario, en las pruebas que nos presentó Violeta esto cambia: sí que se evalúa la expresión oral. Además, los examinadores están formados, lo que aporta un mayor grado de fiabilidad de los resultados obtenidos.





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